lunes, 15 de diciembre de 2008

Música: Zouk/ Musique: Zouk

Zouk significa “fiesta” en criollo, es la música original de la isla de Martinica y Guadaloupe. Por otro lado, en los años 1960 a las fiestas espontáneas se les denominaba en Martinica con el término "zouk". Así pues el verbo "zouker" quería decir irse de fiesta, a bailar.

Uno de los grupos más populares es Kassav.

Lo que más se olle aquí es el love zouk, una variante caracterizada por tener un ritmo más lento, letras de amor… esto se baila en parejas y de una forma muy "kolé séré”, lasciva.

Sin embargo hay otras muchas mezclas con el Zouk con resultados mucho mejores como el Zouk Béton (con más ritmo), el ragga-zouk o el rap-zouk.


Aquí teneis un ejemplo de este horrible Zouk love que te ponene hasta en el autobús:




Le zouk est un genre musical des départements français d'Amérique ( Guadeloupe, Guayane et Martinique) né vers le début des années 1980 et popularisé en Europe par le groupe Kassav.

« Zouk » signifié danser en créole est « Zouker » save dire danser.

Le Zouk Love est une variante de la musique Zouk caractérisée par un rythme plus lent, plus doux et sensuel. Il s'agit de chanson d'amour pour la plupart des morceaux. Les textes des chansons parlent souvent d'amour et de problèmes sentimentaux. Le Zouk Love se danse à deux de façon "kolé séré" et lascive.

Par contre i y a autres mélanges qui resulten plus intéresantes comme le Zouk Beton (avec plus de rhythme) , le ragga-zouk où le rap-zouk.

Voilà un exemple de cet horrible zouk qu'on ecoute par tout.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Nacimiento/ Naissance





Hay veces en los que estas en el lugar adecuado en el momento preciso y vives algo que sabes que no volverá a pasarte en la vida. Eso vivimos nosotros en Marie-Galante, millones de pequeñas tortugas que acababan de nacer y corrían hacía el agua con un instinto de supervivencia impresionante. Un momento mágico.



Il y a des fois dans lesquels on se trouve au lieu adéquat et au moment précis eton peut voire quelque chose qu'on sait qu'il ne retournera pas. Cela nous arrivons en Marie-Galante, millions de petites tortues qui venaient de naître et couraient vers l'eau avec un instinct de survie impressionnante. Un moment magique.


martes, 9 de diciembre de 2008

Experiencias personales: De como me hago racista (parte 6 y fin).


La historia termina del siguiente modo:


Hablamos con nuestros maravillosos vecinos (el repartidor de cerveza y la stripper) les comunicamos nuestras intenciones de largarnos de allí. Ellos deciden que también están hartos del casero y que se vienen con nosotras.


Nos pasamos dos semanas llamando a pisos para alquilar y pateándonos Gosier. Todo muuuuuuuy caro, todo alquilado. Perdemos las esperanzas, aún así, miro cada día en nuestra conexión robada si sale algo nuevo mientras desayuno. Hey! Que pisazo!! Y es lo mismo que pagamos aquí!!! Está mucho mejor!!!! No puede ser verdad. Sí, lo era.


Le comunicamos colectivamente al casero que nos vamos todos a final de mes. Le jode profundamente que de cuatro apartamentos que tiene alquilados se le vayan tres. Pero dice que muy bien, que pos supuesto tenemos derecho a nuestra fianza.


A mitad de mes les devuelve la fianza completa a los franceses (el repartidor de cerveza y la stripper). A nosotras nos cuenta milongas y nos dice que no nos da la fianza, que tenemos un contrato y que no hemos cumplido. (Hay que avisar con un mes de adelanto y avisamos con diez días) “Vosotras venís de un país… aquí las cosas son así… os creéis que podéis hacer lo que queráis.…”


Le molestamos cada día durante dos semanas para que nos devuelva la fianza. Le pedimos una explicación. Llevamos acabo todo tipo de acciones para conseguir nuestro dinero de forma legal pero él, con sus mentiras, había ganado tiempo y en este caso el tiempo era oro.


Nuestro último intento, sabemos que legalmente nos correspondía la mitad de la fianza. Hacemos las maletas. Le decimos que no le daríamos las llaves del piso ni nos iríamos a ningún sitio si no nos la daba. Se encoleriza. Nos dice que volviéramos al día siguiente a las ocho de la mañana a devolverle las llaves.


Volvemos. Él no está. Esperamos durante cuatro horas (las diez de la noche es como las tres de la mañana en España, todo cerrado, todos durmiendo) a las diez aparece. Ratificamos nuestra posición “No te devolveremos las llaves ni nos iremos de aquí sin nuestra fianza”.


Su mujer “Dales un pequeño regalo y que se callen ya, que me duele la cabeza de oírlas”.


Conseguimos lo que es nuestro (la mitad de la fianza) y lo que no (yo le robo un paquete de pollo del congelador y nos hacemos un asado de bienvenida en la casa nueva).


Él nos hecha a empujones, nos llama putas, nos dice que no volvamos a entrar en su propiedad, que no quiere volver a vernos. Nosotras no levantamos la voz ni le insultamos en un solo momento. No somos de su calaña.


Resultado: el repartidor de cerveza, la stripper y las profesoras de español somos muy felices en nuestra nueva casa.


El asado de pollo salió de puta madre en nuestro nuevo horno.


Las peleas que tendrá Jules Negre (ya oímos algunas y fueron monumentales) con su mujer por nuestra culpa bien valen la mitad de la fianza. También el hecho de haberle robado las sábanas, una freidora, unas ollas, cubertería, una cafetera, el pollo y el jamón y el saber que por mucho dinero que tenga siempre será un mísero y un infeliz.


FIN

Experiencias personales: De como me hago racista (parte 5).


La última fue el que nos cansamos de pagar 45 euros al mes por tener Internet en el balcón con señal muy baja. Después de decirle varias veces que moviera el router decidimos dejar de pagarlo y directamente robarle la señal, total, el resultado era el mismo. El casero acabó enterándose y apagándonos el router pero no encontró el botoncito hasta la última semana de nuestra estancia allí.


Tuvimos que aguantar cabronadas tales como el que nos abriera el correo o el que un día viniera a decirnos que el balcón estaba sucio y que lo barriéramos. Yo le dije que estábamos comiendo, que lo barreríamos. A lo cual respondió con su argumento de siempre “Vosotras venís de un país extranjero y creéis que aquí podéis hacer lo que os dé la gana, pues habéis venido aquí y aquí las cosas no son como en vuestro país, esto es una falta de respeto… sois Españolas… si fuerais francesas…” “No tienes huevos ni a mirarme a la cara mientras dices eso, negro de mierda”.


Y así nació mi primer pensamiento racista.


Acto seguido mi compañera de piso dejó de comer y se puso a barrer.